La entrevista a Viviana
Viviana es una mujer de 53 años a quien entrevisto en el marco de una búsqueda de una asistente administrativa contable para una Pyme.
Revisando su historia laboral veo que en noviembre del año pasado (hace 7 meses) se desvinculó de un estudio contable luego de 12 años de trabajo. Era la "mano derecha" del contador y la persona de confianza. En todos esos años de trabajo habían entablado una relación que podría llamarse de amistad: ella había participado de eventos importantes de la vida de su jefe y él la había ayudado, económicamente, cuando ella lo necesitó. En la entrevista me interesaba conocer las competencias técnicas de la postulante y , para ello, tenía que saber más acerca de la posición que ocupó durante tanto tiempo.
Al preguntarle porqué había dejado este trabajo me comentó que había tomado la decisión de desvincularse ya que su empleador no había cumplido con sus compromisos: percibía una remuneración fija (30 % en blanco y el resto "por un recibo informal") y tenía un convenio por el cual obtendría un pago variable de acuerdo a los resultados obtenidos en ciertas áreas del estudio en las que tenía injerencia. Una de ellas era la gestión de cobranzas que, en base a los casos exitosos, le proporcionaría una comisión que podría haberle representado un 25 % más de sus ingresos fijos. Sin embargo, al parecer, este trato nunca se cumplió. Viviana reclamó y no obtuvo lo convenido. Luego reclamó que revisase el componente de sueldo en blanco y tampoco consiguó una mejora. Finalmente decidió renunciar. "Hasta había llevado un microondas mío y lo dejé en la oficina", explicó como para que yo pudiese tener una idea de la contundencia de la ruptura del vínculo laboral. "El terminó muy enojado", repitió cuando yo le dije que me gustaría pedirle referencias. Le pregunté si había hacho algún reclamo y me dijo que prefería dar vuelta la hoja. A esa altura - como pueden imaginarse - pensé que estaba escuchando una historia de amantes, parecía un divorcio más que una desvinculación.
La información que faltaba
Continué indagando acerca de los aspectos técnicos de su función, me sorprendí del contacto directo que tenía con varios de los clientes y del grado de seguridad que tenía su jefe acerca de la carrera laboral de Viviana: "vos quedate tranquila que conmigo tenés trabajo hasta que quieras dejar de trabajar", afirmaba. Volví a la carga con mis averiguaciones. A esa altura me intrigaba cómo había hecho para solventar sus gastos hasta este momento. Le pregunté si había ahorrado, me contestó que "algo".
Está divorciada y tiene un hijo de 28 años que vive con ella, trabaja y aporta dinero en la casa.
Me gustaba la experiencia y encajaba con el perfil que buscaba mi cliente, sin embargo no podía presentarle una candidata cuya historia laboral no fuese comprensible. Ella me ofreció darme teléfonos de empleadores anteriores pero no el del estudio en el que había trabajado los últimos 12 años ! "Este hombre se ofendió, no esperaba que me fuese. Imaginate, a esa altura yo manejaba un montón de cosas", comentaba.
Todavía no recuerdo cómo pero, cuando ya la estaba despidiendo, le dije que era llamativo que deje un empleo y resigne la antigüedad de 12 años sin tener otra posibilidad laboral, que había alguna información que me estaba faltando. En ese momento sacó de una carpeta lo que resultó ser su último recibo de sueldo: en él se confirmaba, efectivamente, un sueldo bruto correspondiente a un empleado de base y de medio turno, la fecha de ingreso de 12 años atrás y una gratificación final equivalente a 80 veces (!!) su remuneración bruta. Me dijo que me lo mostraba para que viese que había terminado la relación laboral.
Evidentemente, Viviana, no había dejado su empleo "sin red" ni con las manos vacías, sino que había negociado su desvinculación. Me produjo un alivio ver esta pieza del rompecabezas que le daba sentido a los aspectos difusos de la entrevista.
Aprender de la experiencia
Sin pretender hacer interpretaciones sobre cuáles son las motivaciones que llevaron a Viviana a tardar tanto tiempo en contarme que había hecho valer sus derechos y de preguntarme a mi mismo, porqué no pregunté, directamente, si había renunciado o si la habían desvinculado, creo que puede extraerse algún aprendizaje.
Para los postulantes:
a) Cuando se presentan a una entrevista deben ponerse en el lugar del entrevistador y pensar qué les gustaría saber del entrevistado, qué aspectos parecen poco claros y qué respuesta podrán dar cuando indaguen acerca de los mismos.
b) El cierre de los vínculos laborales debería permitir la revisión de la relación, rescatando los aspectos positivos y detectando los negativos, para capitalizar lo aprendido y progresar.
c) La posibilidad de llamar y pedir referencias tiene que estar abierta.
d) Enteder que, para los selectores, saber cómo se manejó en otros trabajos puede ser un factor predictivo de qué tipo de relación laboral establecerá en nuevos empleos.
Para los entrevistadores:
a) Debemos ser más directos en preguntar lo que queremos saber. Al escribir estas líneas creo que si hubiese sido más concreto hubiera conseguido, rápidamente, el famoso recibo de sueldo.
b) Quizás seamos algo prejuiciosos y no dejemos "dar vuelta la hoja" - como pedía Viviana - y "empezar de cero".
c) Tenemos que saber que el candidato perfecto no existe y que nuestra función es la de acercar las dos partes del mercado laboral, tratando de detectar una buena oportunidad para ambos.
Espero más reflexiones.
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