Una vez más, el trabajar con personas, me permitió vivir una experiencia fantástica y enriquecedora: durante el día de hoy tuve el gusto de coordinar una actividad destinada a fortalecer el equipo de Administración de la mina de oro y plata, Manantial Espejo.
Fui convocado por el Gerente del Area, me trasladé a la ciudad de El Calafate y compartimos más de 10 horas jugando, reflexionando juntos y proponiendo nuevas ideas.
Como suele ocurrir, a pesar que las actividades estuvieron programadas, cuando la experiencia se desarrolla, el intercambio y el encuentro toman su propio ritmo. Es así como surgen temas y necesidades que requieren dedicación y escucha. En ese momento se trata de "poner el cuerpo" y atender una serie de problemas particulares que están lejos de lo que, habitualmente, me plantean los grupos de trabajo o personas de empresas de rubros más conocidos.
Las particularidades de trabajar en una zona aislada, en la que pocos están acompañados por su familia sino que cumplen con períodos de hasta "20 días de trabajo, por 10 de descanso"; un entorno hostil, extremadamente frío y ventoso, en el que el barro y el hielo son una constante; las pocas posibilidades de esparcimiento y el contacto diario y constante con las mismas personas que resultan, a la vez, compañeros y amigos configuran un contexto en el que se desarrollan problemáticas propias. Es también un ambiente que permite darse cuenta de la fuerza y energía de las personas, de los diferentes modos de vida e intereses. De las pasiones, esperanzas, proyectos y colaboración mutua.
De repente uno se ve inmerso en el mundo de los mineros y quienes le dan servicio. Todos ellos hacen que la mina funcione. Con respeto por su trabajo, lo valoran y lo cuidan.
Este grupo de 7 personas tuvo que desplazarse más de 300 km para participar del encuentro. Algunos de ellos viajaron desde las 3 de la mañana para poder estar a las 8.00 en el lugar programado (muchas rutas son de ripio y las de asfalto se congelan... por eso la velocidad promedio, es baja).
Con pocas horas de sueño estaban disponibles para escuchar, aprender y compartir.
Este primer post es para agradecerles.
Tanto por convocarme y brindarme la oportunidad de acercarme hasta aquí, como su apertura y confianza.
Un gracias enorme a Romina, Roberto, Luis, Facundo, Gustavo, Cristian y Alfredo.
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