Sin embargo no todas son flores y pasto verde en el jardín del vecino. El pertenecer a una gran estructura tiene, también, su costo.
Veamos:
¿Oportunidad o presión?
Alejandra es la gerente financiera de la filial argentina de una importante compañía proveedora de insumos médicos-hospitalarios. Está casada, tiene dos hijas (9 y 5 años) y hace cuatro años que trabaja en la compañía. Ingresó como analista senior y fue promovida a la gerencia financiera hace dos años. Su reporte directo está en Brasil, la casa matriz de la compañía, en USA. Hace un año un colaborador de Alejandra trabajó en la filial de Brasil durante tres meses. Por su desempeño le propusieron trasladarse a México en donde continúa con su carrera.
A principios de año, Alejandra tuvo una reunión con su jefe, en Brasil. En esa oportunidad le consultaron la posibilidad de trasladarse, con toda su familia, a Brasil y hacerse cargo del área financiera de esa filial ya que el responsable actual deja la compañía.
Además del halago que significa el reconocimiento y la oportunidad de mayor desarrollo (y una mejor remuneración), para Alejandra, la propuesta significa una encrucijada: no quiere mudarse a otro país pero sabe que decir que no, puede implicar un "alto" en su carrera y hasta una futura desvinculación.
Alejandra ha dicho que sí, aunque está, practicamente segura que no aceptará la oferta pero, aún, no se anima a decirlo.
¿Especialización o anulamiento del potencial?
Marcela es una especialista en finanzas. Durante más de 5 años trabajó en uno de los estudios de auditoría de los considerados Big Four. Hace 6 meses la contactaron de una importante firma petrolera multinacional, para ofrecerle formar parte de una búsqueda para el equipo de finanzas. Entusiasmada se sumó a un proceso de selección que incluyó tres entrevistas con personas responsables del área en Argentina, dos evaluaciones de sus competencias técnicas (una de ellas consistía en generar un modelo de informe de gestión que le llevó más de seis horas de trabajo en su casa), pruebas psicotécnicas y dos conferencias telefónicas con el gerente regional, en inglés.
Finalmente, Marcela fue seleccionada y capacitada durante un mes en las oficinas centrales, en Dallas. Contenta - y cansada - se integró al equipo para descubrir, luego de algunas semanas que el trabajo que debía realizar estaba tan organizado y los procedimientos tan definidos que, si bien la función era interesante por el tipo de proyecciones que se realizaban, el trabajo en sí mismo era absolutamente monónotono y desestimaba la posibilidad de algún aporte personal. La carga de datos en un sistema de gestión y la conciliación de esos datos con los resultados obtenidos por otras áreas, no requería más que "prestar atención". Llegó un momento en que Marcela, para ir a trabajar, lo único que necesitaba era su Ipod. Si se lo olvidada era una tortura, por lo aburrida que se sentía. Finalmente renunció y, actualmente, está buscando otras oportunidades.
Diversidad cultural
Uno de los grandes desafíos de este mundo globalizado es el de comprender los intereses y motivaciones de las personas inmersas en códigos diferentes. El contexto cultural le da sentido a las acciones de cada uno. Y las conductas, actitudes, reacciones y expresiones tendrán un significado distinto y, muchas veces, inesperado respecto a lo previsible o esperable.
Tanto Alejandra como Marcela interpretaron la información que recibieron de las respectivas compañías de acuerdo a motivaciones poco comprensibles para sus empleadores. Tampoco ellas fueron del todo claras en la expresión de sus expectativas. En un caso por temor a perder el empleo y en el otro, por idealizar a la corporación. Ambas partes son responsables - así como lo somos todos los que formamos parte del circuito laboral - de generar mayor madurez en cuanto al contrato psicológico, entre empleado y empleador,
La realización personal y profesional son diferentes para cada cultura.
Es el respeto y la posibilidad de ponerse en el lugar del otro lo que permitirá relaciones más ricas y productivas, en el más amplio sentido de la palabra.
2 comentarios:
Trabajar en multinacionales es una experiencia única... esto no significa que todo sea "bueno", pero puedo asegurar que si hay muchas ventajas. Lo único que se necesita es saber y estar claro en su funcionamiento, para que no ocurran hechos como los que mencionas. Todo el que entra en una multinacional ha de saber que podrá encontrarse con este tipo de casos y otros más, pero así es como funcionan.
No sé porque las personas siguen idealizando si todo está tan claro... sobrevivir en multinacionales es un proceso completo de adaptación, o eso o siempre queda trabajar por cuenta propia.
Saludos
SM
Gracias por el comentario SM. Es cierto que son grandes las ventajas de trabajar en una multinacional. Y creo que uno de los motivos de la idealización se debe a la distancia cultural que existe entre las casas matrices y las filiales.
Soy conciente que, en la Argentina, cuando se trata de multinacionales ronda la fantasía de "Tío Rico", con mucho dinero del que hay aprovecharse o, por lo menos, quedarse cerca.
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