Hace unos días recibí un mail a través de la página de consulta del site. Se trataba de una empresa de medicina del trabajo que quería brindar el servicio de psicología laboral a sus clientes. Ilusionado por la posibilidad de una nueva relación comercial, me puse en contacto para saber un poco más respecto de la necesidad y escribí un mail pidiendo más información. Al mismo tiempo, intenté visitar el sitio de la compañía.

Por supuesto que, a medida que se iba sucediendo el intercambio de correos, la ilusión de hacer algún negocio rentable iba dejando paso a mi interés por colaborar con una profesional con inquietudes. Hice lo mejor que pude y recibí el agradecimiento correspondiente. Y me sentí satisfecho.
Me cuestioné a mi mismo si había valido la pena el esfuerzo y recordé que habían asignado el Premio Nobel de Economía del 2002 a un científico que había demostrado que las decisiones que tomamos en materia económica no tienen, muchas veces asidero lógico.
Existen numerosos comentarios respecto a la conveniencia de actuar generosamente con nuestra red de relaciones: generar una imagen profesional, intensificar la red de contactos, crear un campo fértil para poder pedir algo a cambio, escuchar las necesidades de los demás para poder dar soluciones/servicios. Sin embargo en ese instante especial en el que se produce el encuentro con otra persona, creo que es la necesidad de dar y sentirse útil, reconocido/apreciado/valorado lo que nos motiva a ayudar desinteresadamente - si es que realmente existe esta posibilidad -.
La maravillosa oportunidad de intercambiar ideas, vivencias, creencias u opiniones se concreta fácilmente a través de Internet y éste parece ser un gran negocio, enriquecedor como pocos, con un valor agregado no tan fácil de cuantificar. Y que sugiero aprovechar mientras sea gratuito !
Abundan ejemplos de blogs, grupos y foros que intercambian información con "desconocidos", motivados por el placer del "dar y recibir" y llama la atención la riqueza y generosidad de sus integrantes. Será habilidad de cada uno transformarlo en valor para sí mismo.
Esta interrelación no tiene demasiada base racional, desde el punto de vista de la acción y el resultado. Vale la pena recordar, sin embargo, que los que inventamos la lógica, la razón y los números somos las personas y no al revés.
Son la matemática y la economía las que deberían tener una explicación humana.
2 comentarios:
Pues si, algo ha cambiado a raíz de la democratización de la información y esa gratuidad ha tenido un efecto benéfico en cuanto a la valoración real de las cosas y no en aspectos monetarios sino en otros valores más abstractos.
Yo lo siento cada día cuando alguien de México, por ejemplo, me pide ayuda para elaborar un currículum vitae, y al día siguiente alguien de Venezuela me pregunta si me parece bien la carta/propuesta de solicitud de aumento de salario que ha elaborado y uan semana después alguien en España me llama para ver si quiero colaborar en tal o cual proyecto... Creo que estamos abrazando la participación y la colaboración de una forma más genuina y también más global.
me suscribo a la última frase...
Por cierto Gabriel, paso a off-line para darte una información de tu interés.
Saludos
SM
Es notable cómo se va ampliando nuestro grado de apertura y, esperemos, de comprensión.
Vivimos épocas interesantes en ese sentido !
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