Hablemos sobre la crisis

Desde hace algunas semanas la situación financiera mundial es la protagonista estelar de comentaristas, diarios, blogs y charlas de café. "Y cómo va lo tuyo ?" parece una pregunta que se multiplica y cuya respuesta termina en una cuenta personal, diaria, sumando optimismo o pesimismo, según el caso.
Estamos, permanentemente, buscando indicadores que nos permitan lograr previsibilidad.

Por un lado encontramos titulares como "Las tres grandes automotrices en peligro de quebrar", lo que implicaría que centenares de miles de personas quedasen sin su puesto de trabajo. Y, luego, tratamos de equilibrarlo con "ayer estuve en el shopping y era impresionante la cantidad de gente que había, comprando. Dónde está la crisis ?)

Les cuento que para mí (que me dedico a incorporar personas a diferentes ámbitos de trabajo), noviembre, fue un excelente mes . Creo que se trató de un hecho "inercial": lo que se venía programando, se concretó. En diciembre estoy observando mayor tibieza. De hecho tengo tiempo de escribir en el blog...
Me siento atento, con las antenitas paradas, tratando de generar nuevas oportunidades.
Y creo que de eso se trata. Algo está cambiando y las estructuras se mueven con mayor intensidad, el único camino es acompañar el cambio y aportar. Después se trata de hacer valer nuestro aporte.
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una conferencia sobre la gestión de las personas en épocas de crisis y quiero compartirlo. Disertaban 4 gerentes de recursos humanos (una automotriz, una línea´aérea, un banco nacional y una compañía de telecomunicaciones). Estos son algunos de los conceptos que rescato: a) no tomemos decisiones rápidas, todavía no sabemos hacia dónde estamos yendo, b) esta es una crisis diferente a las que vivimos, hasta más leve en cuanto los problemas nacionales y estamos mejor preparados para afrontarla, c) la reducción de personal es mucho más cara que lo que parece. La disminución inmediata de costos no se compara al gasto oculto que implica trabajar con personas nuevas, a las que hay que capacitar, que tardarán en entender el negocio, que no tienen sentido de pertenencia y con los que hay que generar un nueva relación de confianza y d) no hay que perder de vista la oportunidad de crecimiento que acompaña a los cambios.