Quemados

No es la primera vez que me toca evaluar a jóvenes talentosos pero absolutamente sobrepasados por la función que realizan.

El ejemplo: un estudiante de sistemas de buen promedio ingresa en una empresa multinacional de más de 3000 empleados, se lo asigna a un proyecto in company. Desarrolla y programa de acuerdo a las exigencias de su empleador y del cliente, se siente valorado y contento por su aporte, se queda más tiempo en su trabajo cuando es necesario porque está comprometido.
Baja el promedio de exámenes aprobados en la facultad y juega menos al fútbol con sus amigos. Empieza a sentir que está cansado, hace llegar el mensaje a la empresa que le asegura que en cuanto salga otro proyecto lo cambian. Se cansa y empieza a buscar otro trabajo.

Quizás influyan en estos casos, también, aspectos personales - respecto de asumir demasiados compromisos - . Pero, aunque así fuese, es la empresa quien perderá un colaborador con potencial.

Los jóvenes, muchas veces, hablan con la acción. Entonces ya es tarde.