21.5.12

Gracias a Dios, soy ateo

No hay cosa que me moleste más que el endiosamiento!

Cada vez que surgen teorías o conceptos que parecen abarcarlo todo o aparecen gurúes que tienen la palabra justa, me agarra un ataque de rebeldía. Me enoja que alguien sea escuchado cuando se pone en papel de transmisor de la verdad, me molesta que se cierre el camino hacia el cuestionamiento, que no exista la duda y que cualquier argumentación que no siga la línea de "obvio saber" pueda ser vista como ignorancia, brutalidad o aún "no iluminado".

Será, seguramente, por algún conflicto no resuelto con mi propio padre, que me cuesta aceptar la autoridad y el saber, diría Freud, el Santo Padre del Psicoanálisis.
Ah, parece que tengo mi propio Dios, yo también!!
No, no es cierto. Este no es un Dios cualquiera, es un Dios que cuestiona a quienes creen en Dios, a aquellos que todavía no se dieron cuenta que Dios no existe. Pobres, todavía no están iluminados, como yo.

Esta disquisición cuasi filosófica, qué tiene que ver con el mundo del trabajo y con las personas trabajando?
Qué hacen temas como estos en un blog de Psicología para Empresas?
En qué me meto?

Qué tiene que ver el endiosamiento con la cantidad de consejos - verdades - prescripciones - indicaciones - señalamientos que, a diario, recibimos de grandes pensadores que vienen, gracias a Dios (qué digo, por Dios??!!), a enseñarnos lo que debemos hacer con nuestros pares, jefes y gente de nuestro equipo?

Cuál es la relación entre la palabra santa e indiscutible con las apreciaciones de Roubini, Steve Jobs (no, con Steve Jobs no te metaaaaás!!), los periodistas de 6-7-8, los gurúes del management, CFK y los columnistas de Clarín?

En cuantos Dioses hemos creído y creemos? Cuántas veces cambiaremos de Dios? Porqué no nos damos cuenta que siempre estamos buscando uno y que trataremos, con todas nuestras fuerzas, de encontrarlo.

Quizás debamos cuestionarlo todo. Y todo el tiempo.
Quizás no. Quizás los Dioses sean necesarios. Hasta pensar en que no existe un Dios es una manera de tener una idea que explique lo que no entendemos.
Pasamos de teoría en teoría, contrastándola con la realidad y cayendo en la cuenta  - una vez más -, que la VERDAD no existe.
Probablemente tengan razón aquellos que plantearon ,en un reciente estudio, que las elecciones de las personas tienen una motivación puramente afectiva y emocional y las argumentaciones sólo sirven para justificar aquello que ya fue decidido "con el corazón".


Escuchemos a quienes dicen haber descubierto algo. Pero no lo tomemos como dogma, pongámoslo en duda.

Reflexionemos, usemos la intuición, pensemos, cuestionemos, contrastemos y volvamos a pensar.
Amigos míos, aquí está, esta es, por fin, la VERDAD.

Menos mal que llegué para que se haga la luz, sabía que me estaban esperando!!!
 






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