29.9.10

El Coaching y el rol del psicólogo: los pacientes y las empresas.

Pocos son quienes saben la cantidad de veces que me cuestioné - y me cuestiono - acerca de mi "doble identidad", clínica y laboral.
Desde que me recibí de psicólogo, en 1986, intervine en ambos "rubros". Mientras me formaba en el área clínica con excelentes especialistas en "niños y adolescentes" y hacía  mis primeras experiencias con pacientes del hospital y unos pocos "particulares", trabajé en la empresa familiar que se dedicaba a la provisión de personal eventual, búsqueda y selección de ejecutivos y  prestación de servicios en Recursos Humanos.

Como si una actividad excluyese a la otra, invertí energía y tiempo, en mantenerlas separadas. Desde sostener una dirección de mail para las consultas clínicas y otra para las empresas, hasta no aceptar como "contactos" a pacientes que me contactaron por Linkedin, o tener tarjetas de presentación diferentes, según la necesidad. Un verdadero esfuerzo que reflejaba (y sigue reflejando: para que engañarme diciéndome que ya está superado el tema ?) mi propia dificultad de integrar estos dos mundos. Sin embargo, la misma práctica va poniendo en orden lo que parecía correr por carriles paralelos.

Creo que mi mayor experiencia - en cuanto a cantidad de casos - en el ámbito de la psicología para empresas, la adquirí evaluando a candidatos/aspirantes a un nuevo puesto.
Puedo aventurar un número de más de 2500 (!!) evaluaciones psicotécnicas realizadas . Entre individuales y grupales, desde operarios a Gerentes Generales...
Este trabajo me permitió, y me permite, conocer a las personas que trabajan, a sus futuros jefes, a las compañías, sus necesidades y particularidades. Y, sin duda, no podría llevar a cabo esta práctica si no contase con una buena experiencia clínica que me ayuda a entender las historias, motivaciones y características personales de una manera integral y lograr una síntesis entre estructura, factores de personalidad y el perfil laboral.

A medida que voy interactuando con las empresas y prestando nuevos servicios,  me doy cuenta que mi función - mi valor agregado, en términos "empresariales" - también es escuchar, entender, acompañar, desarrollar posibilidades y promover una vida laboral y personal sana, rica, interesante y motivadora. En este sentido, el coaching, es un ejemplo ideal para poner en acto la potencialidad de mis conocimientos teóricos, vocación y experiencia.
En términos generales, lo que se espera de un psicólogo es similar en la mayoría de los campos en los que aplica su práctica. Lo que puede variar son las herramientas a las que apela y, sobre todo, qué entiende cada profesional por  "vida laboral y personal sana, rica, interesante y motivadora".
También, en este aspecto, se repite el esquema: cada persona y cada empresa deberá evaluar si se siente cómoda y adhiere a los valores del consultor.

5 comentarios:

Andres Ubierna dijo...

Gracias Gabriel por compartir esta reflexión! Me habla muy bien de vos. Cuando interactúo con coaches que son simultáneamente psicólogos, observo que con cierta frecuencia realizan intervenciones psicológicas en el contexto de coaching, y esto suele ser sumamente tóxico para el ejecutivo coachee. Creo que el coach que se ha formado como psicólogo, puede tener posibilidades interpretativas muy valiosas, pero si confunde el contrato que tiene con el coachee y opera como psicólogo cuando el pedido fue de coaching, puede terminar perdiendo fácilmente la confianza del cliente.
Un abrazo,
Andrés

Gabriel Schwartz dijo...

Gracias por tu comentario, Andrés.
Efectivamente creo que hay que entender cuál es el pedido del coachee. Coincido, también, en lo importante que resulta la confianza (y el respeto, si es que puede diferenciarse de la confianza...) en este tipo de servicio.

Anónimo dijo...

Hola Gabriel. Me gusta leer tus publicaciones en tu blog, sobre todo porque en algunas de ellas me siento identificada como profesional y como persona.

Mi opinión es que si entendemos la psicología como la curación del síntoma creo que hay que saber distinguir cuando estás haciendo Coaching y cuando terapia. Pero la psicología no solo se dedica a “curar” la disfuncionalidad del paciente, sino que el enfoque adoptado por la psicología positiva abre el abanico al desarrollo y bienestar de la persona, y es ahí, donde creo que la formación del psicólogo aporta valor en la empresa y en concreto en la práctica del coaching.

Concha

Gabriel Schwartz dijo...

Gracias por tu comentario, Concha. Adhiero a lo que propones el psicólogo, cuando actúa como coach, acompaña, sugiere, aclara, pregunta, cuestiona y ayuda a destrabar esos nudos que hacen que se estanque el desarrollo.

Anónimo dijo...

Hola Gabriel, perdoname pero no puedo creer la seriedad con la que tratás a Concha!!!! Mejor no lo interpreto!